Saltar no es una obligación para decir que la tierra está
hablando
- continente de calor en el forraje de las vías-
Como hoy, cuando te lavas por enésima vez
balbuceas naturalmente astral en el virar de los motores
que en cierto modo son árboles transcurridos en un círculo
mordazas como sirenas y tu hilo de hierro deshaciéndonos
en el horizonte visible de los ejes
un factor blanco habita su permanencia de red por kilómetros
en batalla líquida
torciendo las naciones de un ojo
emanación dependiente y elástica de multitudes quebradas
Tu puente
El equilibrista brinca fijando su altura
- rapto de dolor sobre caucásico pastar- polares
exploraciones sin resultado obvio-
Ella emerge las otras bandas por un aro encendido
Han llegado sus devociones, el meridiano ilegible
Nubes de carnaval nos abrazan – nuestra fidelidad espera-
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