el mismo nombre se entrega
la calle contagia
no detiene los surtidores de marcha
porque estamos
demasiado lejos
ella avanza entre góndolas de pertenencia
y la fiebre
suspendida en mierda e inhalaciones
alcanza apenas
los emporios que ornamentan mi codicia
para saltar de los puentes
hay que robarse el alma
el centro del espacio
la expresión de un negocio cortés
al cordero al cuchillo al balar de su madre
otoño de tablas eléctricas
sobre la ira rasguña
para decir que soy una pequeña llovizna
paseante compañía helada
envuelve el hospital de carretera
el idioma del desdén solar
mi padre y su padre y las plataformas uterinas de la histeria
ambición junto a las piedras
vestigios
mis dulces harapos
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